cuando la lluvia caía en mi tejado,
la oscuridad era dueña de la noche
y mi ventana arrullaba mis deseos,
las estrellas eran mis confidentes
y escuchaban mis lúgubres sonidos.
Hace tanto, pero tanto tiempo fui feliz
que el mar acaricio mi alma
humedeció mi espíritu
y el sol calentó mi corazón...
comía chocolates para engordar mi amor
y las golondrinas le cantaban a mi ser!!!
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